Aunque ha sido una tendencia comercialmente extendida en el mundo, su impacto negativo en el medioambiente es alarmante
Según Greenpeace, en los últimos 15 años la compra de ropa por persona ha aumentado en un 60%
¿Conoces el término Fast Fashion? Es una tendencia entre las marcas de moda más grandes del mundo que trata de ofrecer prendas nuevas en las tiendas en un tiempo máximo de quince días. Recordemos que generalmente las temporadas eran Primavera-Verano u Otoño-Invierno, sin embargo, con el “Fast Fashion” o también conocida como “Moda Instantánea”, este concepto se transforma y abre el mercado a una moda variable y mucho más dinámica, con una oferta rápida de productos nuevos a un precio asequible, que hace que el número de clientes sea cada vez mayor. Acorde al estudio “A New Textiles economy: redesigning fashion’s future” de la fundación Ellen Macarthur, la compra de ropa en la clase media se ha duplicado en todo el mundo.
Las empresas dedicadas a comercializar moda bajo este esquema se centran en crear “Colecciones Vivas”, así se les denomina a las colecciones diseñadas , confeccionadas y distribuidas semana a semana. Esta estrategia influencia directamente el cambio de gustos de los clientes y los lleva comprar respondiendo a la escasez y oportunidad, es decir: “si te gusta cómpralo ahora, porque la siguiente semana quizá ya no lo encuentres disponible en la tienda”.
Por otra parte, y debido al fenómeno del “Fast Fashion”, se fabrican 100 mil millones de prendas anualmente, las personas han aumentado la compra de ropa en un 60% en los últimos 15 años y la conservan únicamente la mitad del tiempo, así lo demuestran cifras aportadas por Greenpeace. Esto significa que si en el año 2000 usábamos un pantalón 200 veces, hoy solo llegamos a utilizarlo 128 veces antes de desecharlo.
2.500 litros de agua para confeccionar una camiseta
Con la rapidez con la que se comporta este mercado, las personas están comprando ropa nueva con mucha regularidad, pues aunque las prendas estén en perfecto estado, ha pasado de moda en un abrir y cerrar de ojos o simplemente ha cambiado la estación. Pero ¿a dónde van todas estas prendas descartadas o sin uso? Pues gran parte de ellas están en tu armario y, otro poco, haciendo parte de los desechos que ahogan el Planeta. “Cada año, más de 900.000 toneladas de residuos textiles acaban en los vertederos en España”, dice Igor Gonzales, presidente de la asociación Ecotextil y miembro del comité técnico para Conama 2018.
La industria textil es una de las actividades comerciales más contaminantes debido a los consumos altos de agua, por ejemplo, para hacer una camiseta se gastan aproximadamente 2.500 litros de agua, calcula Arjen Hoekstra, profesor de Gestión del Agua de la Universidad de Twente, también un gasto representativo de energía, desechos y reactivos químicos. Muchos de los tintes empleados para teñir las prendas no siempre quedan impregnados en la tela, sino que resultan convirtiéndose en un agente contaminante en la producción o en el momento mismo en el que tu lavas tu ropa.
En definitiva, contra más ropa compremos, más desechos estamos produciendo, no solo cuando se elabora la ropa en las fábricas, sino cuando la dejas de usar.
La reutilización, el arma contra el fast fashion
Este artículo no quiere que te culpes por comprar la ropa que te gusta, solo queremos que conozcas una realidad ambiental cada día más grave y mostrarte nuevas formas de adquirir tus prendas sin contribuir con un desastre natural. ¿Y cómo podemos ayudar a parar el fast fashion y todo lo que ello comporta?
1. La reutilización
Puedes darle una segunda oportunidad a las prendas que ya no te gustan si las pones a la venta en Startups como Micolet que se dedican a comprar y vender ropa usada en perfecto estado. De esta forma, ganas dinero y le das la opción a alguien más de usar algo que aunque para ti era un desecho, podría ser la prenda top de sus outfits. De la misma forma, puedes encontrar en estas plataformas cosas que seguro te van a encantar, porque la mejor prenda es la que ya está hecha, lo mejor de todo es que no estas produciendo desechos.
2. Uso de fibras naturales, no tóxicas o materiales reciclados
Se trata de prestarle más atención a los materiales con que se confecciona la ropa que compras. Muchas compañías hacen uso de nuevas tecnología que transforman los desechos textiles en materiales muy valiosos y como resultado ofrecen al público prendas preciosas y muy originales.
Por otra parte, leer la etiqueta de los materiales usados para producir lo que estás por comprar siempre es bueno, deben ser materiales orgánicos, libres de químicos como fertilizantes o insecticidas y que los tintes estén libres de contenidos tóxicos.
Usa siempre prendas hechas con fibras naturales como algodón, lana, lino o bambú y dile “no” al poliéster, es un derivado del petróleo. Esto hará la diferencia, pues el 60% de los materiales empleados en la fabricación de ropa a nivel mundial son sintéticos y en su mayoría poliéster, así lo estima la consultora The Fiber Year Consulting.
Siempre existirán opciones para vestirnos siendo amigables con nuestro planeta y la forma es reflexionar unos segundos antes de renunciar a una prenda. La moda es un acto político tan poderoso que siempre se transformará para bien y para sobrevivir a todos los cambios.
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